“Creo que, desde hace siglos, toda conversación entre el hombre y la mujer empieza por un “no me interrumpas” de parte del hombre. Hasta ahora el monólogo parece haber sido la manera predilecta de expresión adoptada por él.”

—|La Mujer y su Expresión, Victoria Ocampo

Muchos hombres hemos escuchado por generaciones el “no me interrumpas” del que habla la escritora argentina Victoria Ocampo. Nuestras abuelas, nuestras madres, nuestras hermanas, nuestras colegas de trabajo fueron silenciadas una y otra vez, de esa manera.

El maltrato psicológico por parte de los hombres hacia ellas, dejó y aún sigue dejando, profundas huellas no sólo en las mujeres, también en sus familias, en las comunidades, en las sociedades en las que nos desarrollamos.

Es necesario poder rearmar nuevas estructuras, donde esos mandatos sociales cambien y surjan sin impedimentos nuevas realidades concretas, íntimas, que nos ayuden a construir un devenir que no sólo le dé a la mujer el lugar que tanto tiempo le ha sido negado, sino que a los hombres nos acerque en un puñado de posibilidades, hasta el momento desconocidas por nosotros, desde el relato femenino. Para poder no sólo conocer ese desconocido mundo, sino reaprender el nuestro propio.

En el año 2014 comencé una serie de entrevistas bajo el concepto de “Mujeres en la Experimentación SONORA” en El RUIDO es el Mensaje, como fruto del interés por visibilizar el trabajo femenino y las diversidades en el campo sonoro.

Con un resultado diverso, las entrevistas revelaron el enorme trabajo de las artistas y lo difícil que es visibilizarse en un medio netamente masculino. Medio que, desde la negación y el menosprecio, no logra socavar tanto las ganas como el talento de cada entrevistada que aportó su voz con respaldo en su trabajo.

Artistas en general, creadoras en lo particular, simplemente mujeres con un acercamiento al sonido muy personal. Ellas desde lo cotidiano me hicieron repensar mi forma de escucha, abrieron ante mí, nuevas maneras de comprender el paisaje sonoro, la experimentación y la forma de abordar mi propio trabajo.

La premisa de éste proyecto que presento es continuar ese trabajo comenzado.

Incorporando este mundo sonoro femenino, el espacio cotidiano, sus paisajes y sus vivencias.

Redescubrir los relatos de mujeres, sus formas de escucha, los paisajes sonoros que las rodean, aspectos particulares de su vida y entorno, para poder proyectarlo al cotidiano.

Reconocer su propia voz como un instrumento de preservación de la memoria sonora.

Utilizando la experimentación con sonidos, el radio arte como hilo conductor de esas memorias, de esa escucha, utilizando estas herramientas estéticas como guías para la narrativa.

Desde el lugar experimental que otorga la radio, logrando una conexión en complicidad con la interpelada en estos diálogos de acercamientos.

Para este proyecto propongo la colaboración conjunta con la artista sonora Sol Rezza a quien conocí durante la realización de Mujeres en la Experimentación SONORA y cuyo aporte desde el campo de la experimentación con sonidos creará una rica colaboración, un encuentro entre el mundo radial, la historia oral y abrirá este espacio entre la femenino y lo masculino. Para poder reimaginar desde la tradición oral estos encuentros sonoros, momentos posibles generando puentes a la escucha.

Es primordial en este proyecto la creación de nuevos lazos artísticos desde la experimentación sonora con oídos que no suelen ser los convencionales.

De alguna manera, los acercamientos que se logren tendrán influencia permanente en nuestra propia producción y cosmovisión.

Asimismo, organizar un archivo de voces de mujeres generando una serie obras de radio arte que puedan ser escuchadas a través de diversas plataformas en todo el mundo de las cuales participa el programa El RUIDO es el Mensaje.